Nadie Sabe Nada | La belleza marrana y los perros escarchados
Tras el viaje a La Palma el ‘Nadie Sabe Nada’ vuelve al interior como algunas plantas y para relajarse, Andreu Buenafuente y Berto Romero hacen yoga. Se relajan pero sudan. Y hacer un programa con público es poco higiénico.
Es en ese momento cuando el tema de la higiene empieza a salir cada cinco minutos hasta que el colofón lo pone una persona cárnica con una vivécdota bastante indigna. El programa, sabiendo que en un futuro va a viajar a tierras lejanas, se internacionaliza luciendo toda una artillería de himnos y acaba con un tramo hablado en inglés.